SEMANA 35: LO QUE NO ES EL SEXO EN EL MATRIMONIO: PARTE 1 DE 3

Tiempo De Lectura: 3.7 min

Las relaciones sexuales aun dentro de los mejores matrimonios vendrán y se irán. El calor de la pasión del recién casado puede ser enfriado por algo tan simple como es la fatiga, y el panorama sexual completo cambia una vez que hay un embarazo o un nuevo bebé viene al escenario. Algo tan inevitable como la edad puede enviar el sexo a un lugar más modesto dentro de un matrimonio.

El sexo dentro del matrimonio es con el propósito de recreación, afirmación y procreación. El sexo dentro del matrimonio nunca fue con la intención de ser la base para la identidad de uno. El valor de una persona es mucho más que la habilidad de tener sexo. Uno no es menos hombre o mujer que puede amar, demostrar intimidad, solo porque la enfermedad, la fisiología, la separación, o las circunstancias de la vida han afectado la oportunidad o la probabilidad para la expresión sexual.

El vínculo del matrimonio es reforzado en una forma poderosa por un sexo saludable, pero este vínculo puede también ser debilitado o destruido cuando el acto del sexo es mal entendido o sobrevalorado. Serios problemas personales y de relación pueden desarrollarse cuando la identidad personal y el valor son tan minimizados por la disminución o la ausencia de actividad sexual que llega a ser difícil ya sea para el esposo o la esposa creer que ellos pueden ser un colaborador que aporte en el matrimonio.

El sexo en el matrimonio es con la intención de proveer una expresión de amor, no para definir una identidad, determinar el valor o establecer el valor de la relación.

Referencia de las Escrituras: Mateo 6: 25-26

Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?  Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? (NVI)

Algunas Cosas Para Hacer Durante La Semana.

Día 2: Reflexionar sobre el mensaje y la lectura de las Escrituras; diario si quieres
Día 3: Ora o medita sobre lo que crees que necesitas
Día 4: Discuta el mensaje y las escrituras con su cónyuge
Día 5: Planifique cómo puede responder mejor al mensaje
Día 6: Descanso; no pienses en el mensaje o la escritura; escucha en la quietud
Día 7: Vuelve a comprometerte con tu matrimonio

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